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Podéis leer buenas narraciones en la Biblioteca de Relatos.

24 de mayo de 2024

"LO QUE SE ESCONDE AL FINAL DE LA ESCALERA", DE GEMMA SOLSONA ASENSIO

 Lo que se esconde al final de la escalera

Gemma Solsona Asensio

León, Eolas, 2024.

Colección Las puertas de lo posible.

Prólogo de Ana Martínez Castillo.

224 páginas.

Lo que se esconde al final de la escalera es un escalofrío bello. Estamos ante un libro de cuentos, diez narraciones de diferente extensión que abordan lo inquietante, lo insólito, lo perturbador. No son historias de terror con sobresaltos que causen palpitaciones. Gemma Solsona se decanta por lo extraño, por el desasosiego, por la creación de atmósferas espesas y malsanas. Por las casas encantadas, claustrofóbicas. Por las naturalezas y paisajes siniestros. Y por los niños y niñas chungos, decididamente tóxicos. La infancia se nos presenta como una otredad, una extrañeza, un dominio ajeno al de los adultos, que no la entienden y ni siquiera desean intentarlo. En la niñez, la imaginación es la reina. Lo que pasa es que puede convertirse en una reina perversa. 

El público lector de estos relatos sería aquel que prefiere lo sutil, la elegancia,  un estilo preciosista, muy cuidado y cercano a lo poético. Solsona ha trabajado mucho sus textos. Son páginas elaboradas con lentitud y esmero, a fuego lento, se nota. Eso sí, la poeticidad, igual que el humor, rebaja un tanto la intensidad terrorífica.

Otra característica común de todos estos cuentos es que se basan en otras obras, literarias o audiovisuales, algunas tan conocidas como Otra vuelta de tuerca de Henry James o el mediometraje La cabina, dirigido por Antonio Mercero y coescrito por el mismo director y José Luis Garci. Pero no estamos ante nuevas versiones o remakes de esas historias. Con buen tino, la autora prefiere inspirarse libremente en ellas, en alguno de sus elementos, o en una atmósfera, y, partiendo de allí, crear algo que puede ser distinto. Y esto da mejores resultados, porque un intento de emulación sería mucho más arriesgado y podría fracasar fácilmente. En cualquier caso, la intertextualidad se convierte en la urdimbre de estas narraciones. Solsona se muestra como una escritora con cultura y con un acervo literario muy bien elegido, y se sirve de la propia literatura como fuente de inspiración. Como lectora, echo de menos, sin embargo, que la escritora ponga más de sí misma en sus páginas, una impronta que se evidencie más. También le falta una mayor dosis de maldad: quizás no la tenga.

Otro elemento común es que la práctica totalidad de los relatos se sitúan en un tiempo anterior a internet. Esa ausencia de la tecnología actual dificulta las comunicaciones y acentúa la sensación de aislamiento y espacio cerrado, de soledad y de peligro. El estilo se adecúa al contexto.

Destaco algunos  cuentos: “La rebelión de los Reyes Magos”, con niños malísimos y con una protagonista, tía abuela, muy bien lograda. “La casa infiel”, destaca especialmente por su poeticidad. Aquí, como en “La máscara y el monstruo”, la narradora se anima a experimentar y alejarse más del original, y consigue muy buenos resultados, un camino  al que espero que regrese. “La ausencia” se inspira en doña Emilia Pardo Bazán; es casi una novela corta, con un entorno y una atmósfera muy conseguidos. Y, en cuanto a “Veo, veo. ¿Qué no ves?”, estamos ante una muy sugerente nueva versión del tema del doble; atención a la escasa o nula empatía por parte de los adultos hacia la niña protagonista: nada que extrañar, ya que este relato toma como referente a Ana María Matute. Creo que cuando Gemma Solsona elige a escritoras como Matute o Rodoreda, muy cercanas a su estilo y a cierto intimismo, es cuando consigue sus mayores logros. He hablado de cinco relatos; hay otros cinco más, igual de extraños y, a veces, agobiantes, una telaraña fina, pero de la que es difícil escapar.

Solsona ha publicado otros libros de cuentos, un género que siempre tiene más dificultades para ser editado y recibido: Casa volada (Huso, 2019); Brujas blancas, hadas negras (Apache, 2021); Blancogramas (InLimbo, 2021). Además ha sido seleccionadora y participante en antologías colectivas como Vuelo de brujas (Apache, 2018); Donde las hadas no se aventuran (Apache, 2020); Lo que cuentan los monstruos (Apache, 2023); Todavía vivimos en el castillo: relatos inspirados en la obra de Shirley Jackson (Apache, 2024, coordinado también por David Roas).