ANDREA CHAPELA
Ansibles,
perfiladores y otras máquinas de ingenio
Ciudad
de México, Almadía, 2020.
213
págs.
Tal como se indica en las primeras páginas, este libro de relatos de Andrea Chapela (Ciudad de México, 1990) fue escrito con el apoyo de la beca “Jóvenes Creadores” de FONCA en 2016─2017. En 2018 ganó el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen.
La autora estudió química en la UNAM y maestría en escritura creativa en la universidad de Iowa (Estados Unidos).
En las diez narraciones que componen esta obra, de título un poco extraño, pero muy sugestivo, Andrea Chapela especula, como lo hace la buena ciencia ficción, sobre las repercusiones del desarrollo tecnológico en la psicología, la conducta y las relaciones humanas. Consigue mostrarnos posibilidades muy interesantes. Y también peligros que se deben tener en cuenta; hace esto último sin caer en lo tópico o lo distópico. La distopía siempre conlleva una exageración, una hipérbole. Chapela maneja con bastante habilidad algunos planteamientos muy debatidos y algunas amenazas sobre las que ya nos han alertado, como el aislamiento que puede provocar el uso obsesivo de la tecnología o como los graves riesgos de que el interior de nuestra mente quede al descubierto para otras personas o instituciones (gobierno, policía, empresas). Es el modo reflexivo, sereno y profundo de Chapela el que ofrece la diferencia con los gritos estrepitosos y el maniqueísmo tan frecuentes al tratar estas cuestiones. Además, la autora escribe muy bien, sabe dosificar la información y se percibe con claridad que ha trabajado mucho los relatos.
Estamos
ante historias transhumanistas que presentan la mejora del cuerpo humano a
través de la tecnología, ya sea con implantes o con dispositivos externos. Y si
no se da siempre esa mejora, desde luego sí una ampliación de nuestras
capacidades. No obstante, el libro sigue siendo muy humanista, pues, como ya he
dicho, centra su preocupación en las consecuencias de los avances tecnológicos
en las personas. El poshumanismo sería otra cosa, un paso más allá en que los
humanos dejáramos de mantenernos como el centro de todas las cuestiones.
─En
«99%», narración en primera persona que da inicio a la obra, la protagonista
acaba de romper con su pareja, Carlos, quien se ha ido a trabajar a Japón. El
dispositivo de ampliación de la realidad que ella usa tiene un fallo que le
hace percibir el mundo con cierta distorsión.
¿Hemos
previsto que esto va a ocurrir, que, al convertirnos en cíborgs todavía más que
ahora, nuestros implantes pueden fallar igual que lo hace una aplicación del
móvil? ¿Y qué consecuencias tendrían esos fallos?
─En
«Ahora lo sientes», Rivera se dedica a cambiar los recuerdos de las personas
que han sido acusadas de un delito. Es el único modo de eludir el escrutinio
policial que también se adentra en la mente de los investigados. Logra que una
persona llegue a creer que no ha tenido intencionalidad alguna. En este caso,
se trata de un joven, Gabriel, al que se le atribuye haber difundido vídeos sexuales
de su pareja como forma de humillación virtual. Rivera es contratada por el
padre de Gabriel. Sin embargo, esta intromisión en la mente puede tener efectos
secundarios no deseados.
─«Calculando,
recalculando» es un cuento muy divertido en que se nos muestra un programa que analiza
al detalle las probabilidades de éxito en una relación, por ejemplo
sentimental.
─«Como
quien oye llover» se aleja de lo tecnológico para llevarnos a un tiempo en que,
como consecuencia del cambio climático, Ciudad de México ha quedado inundada
por un diluvio y se ha convertido de nuevo en un enorme lago. Los habitantes de
la urbe han tenido que abandonarla, pero, poco a poco, vuelven a sus orillas y
navegan por esa extensión de agua en la que sobresalen los edificios más altos.
Dos muchachas jóvenes se dirigen al corazón del lago mientras inician una
relación amorosa que quedará truncada cuando una de ellas se marche del país. Se
trata de un cuento de una enorme belleza y muy conmovedor.
─De
nuevo son dos jóvenes las protagonistas en el siguiente relato, «Perfilada». Viven
juntas en un futuro en que se puede compartir el perfil personal, la vida y la memoria,
al igual que se hace ahora en las redes sociales, pero de un modo más intenso y
amplio. Ocurre, eso sí, que esa conexión e interacción completas empiezan a
estar en desuso, pues se han dado casos de robo de perfiles personales y desdoblamientos
muy peligrosos. Se trata de una intensificación de situaciones que ya vivimos,
desarrolladas en circunstancias muy cotidianas, lo que otorga una mayor
verosimilitud y realismo.
─El
ansible es un dispositivo inventado por Ursula K. Le Guin en su novela Los desposeídos, de 1974. Serviría para
comunicarse instantáneamente a través del espacio sideral, sin demoras
temporales. Ha tenido tanto éxito, incluso fuera de la literatura, que, de
existir finalmente un artilugio con el mismo fin, debería llamarse con ese
nombre. La narración, «El colapso de estados superpuestos», está protagonizada
por una exploradora e investigadora espacial que realiza un trabajo de campo
muy sistemático, duro y solitario. Mientras viaja, le aplican la
criogenización. Periódicamente, se comunica con el planetario Kon, su anclaje y
confidente. Pero ambos van descubriendo las dificultades de mantener ese
vínculo tan necesario para la estabilidad psíquica de la científica, ya que el
tiempo no pasa de la misma manera para los dos: él envejece, mientras que ella
se mantiene más joven. Y comprenden que algún día ese transcurrir diferente
romperá por completo su conexión. El relato refleja también hasta qué punto la
soledad en el espacio puede hacer que zozobre la cordura de cualquiera.
─El
cuento siguiente es «El último día de mercado». Se centra en la amistad de dos
muchachas: una pertenece a una familia adinerada y la otra es la hija de la
cocinera. Ambas escapan de la enorme casa donde habitan, tecnificada por
completo y en la que ellas mismas son vigiladas de manera permanente, se supone
que por seguridad, a través de implantes. Hay un modo, ilegal, de desconectar por
un tiempo esos mecanismos de control. Es lo que pretende Luisa, la joven de
clase alta, con la ayuda de Tina, la otra chica, quien conoce el mundo más allá
de su vivienda fortificada. Un mundo que a Luisa le parecerá una terrible
distopía.
─Lo
que se nos plantea «En el pensamiento» es un juego especulativo acerca de uno
de los deseos de ciertas personas respecto de sus parejas: conocer incluso lo
que piensan. Así, en esta narración, él quiere realizarlo y le parece
maravilloso y ella, que ya ha tenido una experiencia previa con una hermana, se
niega. Ello supondrá un grave conflicto entre ambos. El hombre tomará la
negativa de ella como una falta de confianza y compromiso, en tanto que la
mujer recela de los peligros que conllevaría tal intromisión en la intimidad de
cada cual.
─Las dos últimas historias se adentran todavía más en lo transhumano: “La persona que busca no está disponible” nos habla de un futuro donde se puede mantener la salud y la longevidad gracias a avances médicos que permiten la sustitución de órganos dañados y retrasan el envejecimiento. La pregunta es si no habría una vejez psicológica que, quizás, dificultara seriamente disfrutar de una vida tan larga. Y para terminar tenemos «En proceso», cuya protagonista (la propia autora convertida en personaje literario, un guiño a los lectores) va a resucitar por segunda vez. ¿Qué supondría esa posibilidad, tener clones que nos permitan volver a la vida si hemos fallecido prematuramente? ¿Cómo afectaría a nuestras relaciones familiares y de pareja?