Editorial Apache, 2025. 196 págs.
Este volumen incluye las siguientes narraciones y autoras: “La gata blanca”, de Madame D’Aulnoy; “Verde y azul”, de Charlotte-Rose de Caumont de la Force (Mademoiselle de la Force); “Marmoisan o El engaño inocente” de Marie-Jeanne L’Héritiere de Villandon; “Anguilita”, de Henriette-Julie de Castelnau (Madame de Murat); “El príncipe Curioso”, de Madame Louise de Bossigny (Condesa D’Auneil); “Flor y Albaricoque” de Gabrielle-Suzanne de Villeneuve (Madame de Villeneuve) y “El príncipe Deseo y la princesa Primorosa) de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.
Estamos ante una muy interesante compilación de cuentos de hadas escritos por autoras francesas de finales del siglo XVII y principios del XVIII, a las que se las llamó las “conteuses”, precisamente por la labor a la que se dedicaron. Estas mujeres, pertenecientes en su mayoría a la aristocracia francesa, aunque no siempre, como podemos ver en el propio libro, recogieron la tradición muchas veces oral de los cuentos con hadas para escribirlos, convirtiéndolos en un pequeño género con identidad propia.
Son historias diversas; en casi todas ellas encontramos lo que estamos esperando: hadas, por supuesto, aunque muy lejos del prototipo al que nos han acostumbrado las películas de Walt Disney, pues, en este caso, se trata de criaturas ambivalentes, que pueden ser tanto benefactoras como malévolas; hay princesas y príncipes, se nos cuentan sus amores y sus vicisitudes; hay palacios, castillos, riqueza y opulencia, tesoros ocultos; hay animales que participan de una manera decisoria en la acción. Sin embargo, no son relatos para la infancia, sino, si acaso, para todos los públicos; no siempre acaban bien, hay dramas y tragedias, amores contrariados, rencores y mezquindades, aunque también sentimientos positivos, una cierta idealización, tan característica de este tipo de narraciones, y mucho refinamiento. Personalmente me han interesado mucho cuentos como "La gata blanca", con una metamorfosis humano-animal muy característica de este tipo de relatos; "Marmoisan", donde una joven se hace pasar por guerrero-varón sustituyendo a su hermano fallecido, en una transformación y recurso, la de la mujer vestida de hombre y que se hace pasar por tal, que tiene una larga tradición literaria, y "Anguilita", donde los amores contrariados cobran protagonismo.
El trabajo realizado por la compiladora y editora literaria, Gemma Solsona Asensio, por la traductora Blandine Boffet y la ilustradora Marta Ponce, ha sido magnífico. Las ilustraciones son preciosas, llenas de color. La traducción ha debido de resultar laboriosa, porque estamos ante cuentos escritos en el francés de su época. Y en cuanto a la labor de la editora literaria, tal y como ella misma nos cuenta en el prólogo y los anexos, ha sido una ardua tarea de búsqueda en recopilaciones de cuentos de este tipo, en busca de aquellos escritos por autoras y que pudieran ser significativos, además de tener la suficiente calidad. Se ha encontrado, además, con la dificultad de tener que buscar en documentos digitales y también de tener que reconstruir la biografía de estas escritoras.
La intención de este libro es dar a conocer la importancia de una serie de mujeres que fueron vitales, en su momento, en la transmisión de lo que ahora conocemos como cuentos de hadas; autoras que, sin embargo y como tantas veces ha ocurrido, han quedado silenciadas y son poco conocidas en países como el nuestro. Ese objetivo se cumple perfectamente con este libro, que es además una joya en sí mismo.
Desde luego también, son narraciones con las que podemos disfrutar mucho al leerlas, recuperando ese placer por lo maravilloso y lo feérico. Se trata de una obra ideal para personas curiosas, que gusten de la fantasía y de lo refinado, dispuestas a recuperar el simple goce de la lectura.
Añado que las conteuses, estaban vinculadas a las salonnières de la misma época, sobre todo mujeres de la alta sociedad que abrían sus salones para organizar tertulias en torno a la literatura, la música y la conversación, y a las “preciosas” (précieuses), que promovían un refinamiento extremo en el lenguaje, costumbres y relaciones amorosas, buscando la elegancia, ingenio y delicadeza. No siempre coincidían los tres tipos de mujeres, pero era bastante común que las “preciosas” estuvieran en los salones literarios y las conteuses también. Atención porque estos movimientos supusieron también una forma de libertad y liberación para las mujeres que se ha estudiado desde el feminismo.
Gemma Solsona Asensio es escritora y ha publicado sobre todos libros de cuentos fantásticos e insólitos en el límite del terror como Casa volada (editorial Huso), Brujas blancas, hadas negras (editorial Apache) y Lo que se esconde al final de la escalera (editorial Eolas). De este último libro hay reseña en este blog.