Pues sí, después de
mucho pensar sobre la cuestión, a causa
de tanta polémica suscitada (a saber,
que lo sabréis, si las obras pertenecientes
a Los espíritus del humo son fantasía
o ciencia ficción), he de aceptar que tal vez tanto la autora, Conchi Regueiro,
como Arkaitz Arteaga, tienen algo de razón al afirmar, con rotunda vehemencia,
que pueden considerarse como ciencia ficción. Pero solo les doy la razón en
parte, porque creo que la serie también es fantasía. Las dos cosas. No a la
vez, no simultáneamente, eso sí. Voy a tratar de explicarlo.
En 2017 apareció,
publicada por la editorial Cerbero, la novela corta Los espíritus del humo, de Mª Concepción Regueiro Digón, el nombre
que utiliza para sus textos de ciencia ficción la escritora Conchi Regueiro. La
colección donde aparecía era Wyser, dedicada precisamente a ese género. Ese
mismo año, en abril, en la revista digital SuperSonic
nº7, se incluía el relato “Isla Faraday”, cuya acción se inserta en el mismo
mundo ficcional que el título anterior. Y este año 2019 podemos leer La refulgencia, también novela corta,
que Cerbero edita de nuevo, en papel al módico precio de 5€ y en digital, más
barata aún. Si bien la primera novela tiene elementos de la literatura
picaresca más tradicional y la última nos relata una
historia carcelaria (y no hay historia carcelaria sin intento de
fuga), lo que tienen en común, como ya he dicho, es su pertenencia a un mismo
mundo ficcional, un tiempo y una sociedad dominados aún por la magia, que
ejercen los taumaturgos y nigromantes, es decir, respectivamente, quienes
practican la magia blanca y la negra. Las gentes de esa época, especialmente en
el mundo rural, dependen por completo de la magia para solucionar casi todos sus
problemas. Hasta aquí, nos encontramos con una obra de fantasía o lo
maravilloso, con los toques costumbristas e irónicos propios de la autora
gallega. Es ese costumbrismo, sin duda, el que ha hecho que se denomine a estas
novelas como “delibespunk”, en referencia al escritor realista vallisoletano.
La invención del término es simpática y, por lo menos, remite a la literatura
autóctona, algo de agradecer, pero tengo mis serias dudas sobre su pervivencia,
aunque, claro, nunca se sabe.
En todo caso, queda claro que estamos en una historia cuyos
protagonistas hacen magia, y su entorno lo acepta como algo normal, elementos
característicos del género de lo maravilloso (comercialmente llamado también de
“fantasía”).
No obstante, esa
sociedad ficticia que nos presenta Regueiro está evolucionando, en el tiempo
interno de la narración, desde el mundo rural al urbano, y lo industrial, lo
tecnológico, lo científico y lo racional intentan ser predominantes y sustituir
a lo mágico, lo sobrenatural, la superstición. Somos espectadores, pues, de un
cambio de paradigma. El choque entre ambas épocas, modos de pensar y de vivir,
va a ser inevitable y muy duro, incluso brutal, sobre todo para quienes se
aferran a la tradición y al pasado, por ejemplo los magos, que, al fin y al
cabo viven de practicar sus hechizos.
Nada nuevo bajo el sol. Todo avance
supone dejar por el camino, con frecuencia, aquello a lo que suplanta. Tenemos
numerosos ejemplos a lo largo de la Historia humana, y siempre ha habido
intentos de resistencia, en general fracasados.
Pero es que
precisamente fue ese cambio de paradigma, en nuestro mundo y tiempo histórico,
el que hizo nacer la ciencia ficción, hija de la Ilustración y la Revolución
Industrial. Será una literatura de lo posible y racional, especulativa y
crítica.
En ese sentido,
Regueiro nos está mostrando precisamente el contraste entre la Razón y la
oscuridad, la ciencia y la superstición. Por eso, se puede decir que estas
obras contienen los dos géneros, lo maravilloso y la ciencia ficción, y son un
excelente ejemplo de como uno nace del otro, aunque ambos perduren. Hay otro
hilo en las historias que confirma la preeminencia de la Cifi, se trata de la
investigación sobre los poderes mágicos de nigromantes y taumaturgos, que
determinadas personas están desarrollando, pero no puedo decir más al respecto,
por miedo a que me acusen de spoilear.
Solucionado este
asunto, quiero recomendaros el cuento y las dos novelas porque son entretenidas
y por su sentido del humor. La autora nos ofrece, además, interesantes audacias en
técnicas narrativas. Me gusta también la mirada a sus personajes, “desde
arriba”, que diría Valle-Inclán, una visión cómica pero no cruel ni despectiva,
ni siquiera distópica. Vamos, que no le hace falta que sus personajes sean
seres deprimidos y fracasados, marginales y provocadores, que viven en
ambientes sórdidos, chungos y sucios donde todo es horrible y decadente porque
el mundo se está acabando.
Las tres narraciones gustarán tanto a los amantes de
la fantasía como de la ciencia ficción. Creedme.