Arantxa Rochet
Jaulas de aire
Madrid, Torremozas, 2017, 126 páginas.
Aprovecho la circunstancia de que el libro de relatos Jaulas de aire, de Arantxa Rochet ha sido nominado al premio Guillermo de Baskerville 2018, que otorga la web Libros Prohibidos, para hacer un breve comentario sobre esta obra, que leí hace poco y me gustó mucho.
Descubrí a Arantxa Rochet gracias a la web La Nave Invisible, donde reseñaron Jaulas de aire. Me llamó la atención que se publicara en la editorial Torremozas, que se deidca en buena parte a la poesía. Además, yo había conocido a su anterior directora Luzmaría Jiménez Faro, de los tiempos en que yo trabajaba en la Biblioteca de Mujeres de Madrid. Luzmaría Jiménez Faro fundó en 1982 Ediciones Torremozas, especializada en escritoras y, como ya he dicho, en poesía. Era, además, poeta, y presidenta de la Fundación Gloria Fuertes. La recuerdo como una mujer poderosa y valiente, y he sabido hace muy poco, gracias a Arantxa, que falleció en 2015 y que su hija la ha sucedido al frente de la editorial. Porque ocurrió, curiosamente, que Arantxa Rochet se puso en contacto conmigo para hacerme una entrevista y, al encontrarnos, descubrí que ella era la autora de Jaulas de aire, que yo tenía pendiente como lectura, ocasión que aproveché para realizarla.
Quiero dedicar una reseña más extensa al libro, más adelante, pero me gustaría que esta breve entrada sirviera de anticipo. Me ha gustado mucho esta colección de cuentos, por su estilo cuidado y limpio, algo que no es tan fácil de encontrar hoy en día. Me ha interesado el valor simbólico de sus imágenes, muy visuales además. Es una obra para degustar, leer poco a poco y releer; una demostración de cómo la ciencia ficción puede vincularse perfectamente a la literatura de calidad y la poesía. Eso sí, no tengo una visión mucho más positiva y optimista de la tecnología y del desarrollo científico que la autora.
Se trata, pues, de un libro muy recomendable que nos eleva a esos imaginarios que solo puede conseguir la lírica y la narración no realista.