Barcelona, Minotauro, 2015.
No he
leído mucha literatura de terror a lo largo de mi vida porque siempre he sido
bastante miedosa, algo que se me ha ido mitigando con los años al comprender
que nada da más pánico que los Informativos de la Televisión. Además, tampoco
suelo interesarme ya por obras juveniles, porque en mi infancia y adolescencia
leí tantas y me gustaban de tal modo que apenas he logrado recuperar las
emociones, el enganche de entonces. Y sin embargo me acaba de ocurrir, he
vuelto a sentir todo aquello con la lectura de Avenida de la Luz, de María Zaragoza.
Tenía yo
interés en conocer a esta autora, en mi búsqueda incansable de escritoras fantásticas.
Compré el libro en papel y luego en ebook, porque en mi móvil hay un programa
que me lee los libros digitales tanto en el Kindle como en otra aplicación.
Genial esa posibilidad para mí y para cualquier otra persona con discapacidad
visual.
A partir
de un momento no pude dejar el libro. Me atrapó por completo. Os voy a decir
por qué sin un solo spoiler (creo):
─El estilo
es limpio, sencillo pero con garra. Me gusta que me cuenten historias sin que
necesariamente se use un lenguaje barroco, que a veces admiro también, por
supuesto.
─Me creo
a los protagonistas, un niño, varios jóvenes y un anciano. Están bien construidos
y presentados. Quizás en algunas ocasiones se los podría dejar actuar en vez de
explicarnos cómo son, pero en este tipo de obras no siempre resulta fácil.
─La
trama está magníficamente urdida, la autora se lo ha currado y pensado mucho. Aparecen
motivos literarios recurrentes en el género fantástico, pero no importa, se los
maneja bien.
─Miedo
miedo no me ha dado, pero sí he sentido inquietud, y eso me gusta. Bueno, una
noche mientras leía escuché un ruido raro en mi casa y me tuve que ir a dormir a
la casa de mi vecina, pero eso no es mucho miedo, ¿no?
─La localización es un logro. Un subterráneo
comercial que realmente existió en Barcelona. Se me ocurre plantearle a María
Zaragoza que si asiste a la EuroCon hagamos un pequeño evento visitando lo que quede
de esa Avenida de la Luz, si algo permanece en el exterior. Un recorrido friki, vaya.
─La
novela es de terror fantástico, nos encontramos con la aparición de lo
sobrenatural, imposible e inexplicable en nuestra realidad conocida. No
obstante, hay una parte especulativa, que aborda el tema de los futuros múltiples
que pudieran existir.
─Da para pensar y debatir. Es entretenida y contundente.
Yo que vosotrxs no me la perdería.