En
primer lugar, por el gran talento narrativo de Kadaré. Sin necesidad de alardes
estilísticos, sabe encarnar en una historia y unos personajes concretos
problemas mucho más amplios de índole social, cultural, histórica, y va también más allá, hacia eso
que se llama cuestiones universales de la existencia humana. Presenta limpiamente los hechos e individuos
para que nosotros juzguemos, y combina acción y reflexiones, bien lejos de
estereotipos y clichés maniqueos.
La
historia de Abril quebrado transcurre
en Albania, y nos muestra cómo funciona el Kanun,
código consuetudinario que rige desde muy antiguo y detallada y
escrupulosamente la vida y la muerte, el honor y la venganza, la hospitalidad y
otros lazos entre personas en el país, sobre todo en ciertas regiones
montañosas. Asimismo, es una obra muy valiosa para analizar el daño que hace el
patriarcado y la violencia no solo a las mujeres sino a los propios varones,
obligados a un destino del que no son capaces de escapar debido a la presión
del grupo y a los lazos de sangre. Sin duda, estos vínculos y este código tan
férreos pueden ser asimismo un espacio donde no se teme la soledad, y a veces
solidarios y protectores. La visión del escritor albanés se muestra sin embargo
bastante crítica. Atención asimismo al personaje del intelectual seducido por
tradiciones ancestrales cuya auténtica dimensión violenta, coercitiva e implacable
no es capaz de comprender, al contrario que su esposa, mucho más empática.
En
cuanto a El cortejo nupcial helado en la nieve,
que nos narra uno de los primeros conflictos en Yugoslavia que después
devendrían en las guerras de los Balcanes, en este caso el enfrentamiento entre
albaneses y serbios en Kosovo, es una lectura muy recomendable para los tiempos
que corren. Curioso que en la presentación de la obra que aparece en el propio libro
se nos hable de una historia de amor tipo Romeo y Julieta, cuando esta no solo es
imposible sino que apenas llega a esbozarse, debido a la separación entre las
dos comunidades.
La tragedia se va hilvanando con cuentas de
sangre y muerte engarzadas por el odio y la venganza personales y colectivas,
la represión, y por esas frustraciones y problemas de ego de ciertos individuos
que necesitan de algún tipo de poder para crecerse, en una espiral imparable.
Triunfan las Furias, las Erinias.