FANTÁSTIKAS
Blog de Lola Robles
26 de septiembre de 2024
¿MERECE LA PENA ESCRIBIR EN EL SIGLO XXI? (5)
20 de septiembre de 2024
¿MERECE LA PENA ESCRIBIR EN EL SIGLO XXI? (4)
13 de septiembre de 2024
¿MERECE LA PENA ESCRIBIR EN EL SIGLO XXI? (3)
que luchaba contra la dominación de Roma con la ayuda de su gigantesco amigo Taurus y acompañado de su novia, Claudia, romana, por cierto. El Jabato era un héroe parecido a El capitán Trueno o El guerrero del antifaz. Fue creado en 1958 por el guionista Víctor Mora Pujadas y el dibujante Francisco Darnís. Años más tarde, compré la colección entera, pero ya veía bastante mal para poder disfrutarla y, por otra parte, no podía establecer el pacto de ficción y la suspensión de la incredulidad necesarios para sumergirme en aquellas aventuras. La regalé, pues además, como siempre, no me cabía en casa.
3 de septiembre de 2024
¿MERECE LA PENA ESCRIBIR EN EL SIGLO XXI? (2)
En mi infancia, estaban los tebeos del Pulgarcito, que mi tía me compraba cada sábado cuando la acompañaba a la peluquería, en un sótano del barrio de Salamanca. Mientras ella esperaba su turno, mientras le cortaban el pelo, ponían los rulos, pintaban las uñas y acomodaban un buen rato en el secador ─aquellos antiguos donde había que meter la cabeza como en un enorme casco espacial─, yo leía y leía, sentada en el vestíbulo, arriba, a pie de calle; el salón quedaba abajo, había que descender un corto tramo de escaleras.
Entre las páginas del tebeo, que devoraba por completo y guardaba para releerlo en la terraza de la casa de mi abuela y de mi tía, en las tardes de verano, podía encontrar las aventuras del sheriff King, amigo del líder apache Jerónimo o Gerónimo, del que no se decía entonces que había nacido en México y hablaba español. El Pulgarcito incluía asimismo, además de las historietas cómicas, entregas gráficas basadas en novelas famosas, que podían encontrarse en forma de fascículo independiente en la colección Joyas Literarias Juveniles, de la misma editorial, Bruguera.
29 de agosto de 2024
¿MERECE LA PENA ESCRIBIR EN EL SIGLO XXI?
Eran historias muy simples, de aventuras y románticas. Solía inspirarme en libros, tebeos, películas y series de televisión, aunque muchas veces no de manera consciente. Cuanto veía o leía se me quedaba en el recuerdo y lo transformaba en una ficción propia. Al cabo de algunos años, me di cuenta de que aquellas novelitas eran muy malas, llenas de tópicos. Y, en mi atroz adolescencia, las rompí. Creía que hay que tirar a la basura las obras mal escritas; después, la experiencia me enseñó que es mejor guardarlas, aunque sea en un cofre cerrado o en una carpeta escondida. Hoy me encantaría conservar aquellos pequeños tesoros, puros y espontáneos.