Sue Burke
Semiosis
Traducción de Rafael Marín
Plan B, 2024
413 páginas
Termino de leer Semiosis,
novela de ciencia ficción de la escritora y traductora estadounidense Sue
Burke. Me ha llevado bastante tiempo poder realizar esta lectura, ya que, por
mi discapacidad visual, yo escucho los libros digitales con una aplicación
llamada VoiceOver, para lo cual necesito, justamente, una edición digital, que
no había en este caso. Reitero la importancia de las ediciones digitales en el
momento actual, tan útiles, en muchos sentidos, como la edición en papel. El
caso es que gracias a la autora conseguí la novela en PDF, aunque, por una
serie de cuestiones técnicas referidas al formato, no conseguía escucharla
bien. Después de varios intentos y pese a que esa escucha no ha sido todo lo
perfecta que hubiera querido (se me cortaban con frecuencia algunas palabras
cuando estas iban separadas a final de línea), al menos he podido acceder al
libro.
Se trata de una historia
fascinante de ciencia ficción sobre la colonización de otro planeta por un
grupo de humanos terrestres y sobre el primer contacto con criaturas
alienígenas. Es una novela compleja, densa, dura y potente. No hay ligereza ni
evasión.
La colonia humana que
llega a este mundo lejano, al que llamarán Pax, tiene que enfrentarse a un ecosistema
desconocido, salvaje y perturbador. Hay plantas en ese mundo, muchas plantas. Una
vegetación viva que supone, a veces, un peligro de muerte, porque es venenosa y
hay que saber en qué casos ocurre esto y por qué. Una naturaleza inescrutable
que parece estar compuesta de algo más que entidades pasivas. ¿Qué son en
realidad? Lo iremos descubriendo a lo largo del libro.
Semiosis
nos sumerge en un universo exuberante. La narración se desarrolla a través de
sucesivas generaciones, cada una de ellas enfrentada a sus propios conflictos
internos y a nuevos peligros exteriores. Hay muertes incomprensibles, enigmas
que resolver, ciudades que aparecen de pronto y están vacías, pero demuestran
que puede haber otros habitantes en el planeta, y también se encuentran con el Bambú
arcoíris, una criatura cuyo protagonismo irá siendo cada vez mayor. Los colonos
humanos nunca saben si el Bambú, si otros árboles o plantas, si los hacedores
de vidrio son amigos o enemigos; no obstante, necesitan contactar y comunicarse
con ellos y, para esto, les es preciso un lenguaje, un código común: difícil, ya
que incluso esos otros alienígenas no vegetales tienen poco que ver con la morfología
de los terrestres y su forma de hablar. Las tres especies y su interacción
constituyen el fundamento de la novela.
Las voces narrativas
suelen ser las de los sucesivos moderadores de la comunidad, por lo cual vemos
a través de los ojos de esos líderes y lideresas, y conocemos a través de lo
que nos cuentan.
No estamos ante una
utopía, pese a los buenos presupuestos de armonía, igualdad y paz de los
colonos. Ellos vienen de una Tierra en decadencia, consumida por el desastre
climático y por los conflictos sociales y económicos. Quizá por ello, estos
humanos no parecen estar nada preparados, en cuanto a conocimientos, experiencia
y técnicas, para el pacifismo. Una comunidad no puede basarse solo en buenos
ideales, necesita una formación para llevarlos a la práctica. Ni la jerarquía,
ni las relaciones, ni las conductas ni los caracteres de los terrestres que
pretenden ser no violentos ayudan a ello, y ocurre así desde el principio. Por
otro lado, la visión que la autora presenta sobre la humanidad resulta muy
negativa y a partir de ello poco se puede conseguir. Sabemos que ninguna utopía
ha logrado triunfar plenamente en nuestro mundo y que sería difícil que lo consiguieran
en otros de una manera perfecta y total, pero estos colonos crueles, violentos,
tozudos, envidiosos, desconfiados y mezquinos no son los mejores candidatos
para una alternativa. Su lucha por el poder es casi constante, aunque
contravenga sus ideales. Semiosis deja a veces una sensación de
disgusto, de mal rollo. Es cierto que la autora abre al final una puerta a la
esperanza, pero se trata solo de una rendija. No obstante, ese mundo tan
extraño y vegetal sigue fascinando, nos hace reparar en posibilidades de vida
que no habíamos imaginado y comprender lo relativo de nuestras certidumbres
conceptuales y morales. El Bambú (Stevland), por ejemplo, se convierte en una
figura tan temible como cautivadora.
La obra da mucho para reflexionar
y debatir. No hace concesiones mientras nos devuelve a una ciencia ficción
clásica, de oro. La novela original en inglés, con el mismo título, es de 2018
y fue nominada a varios premios importantes del género en Estados Unidos. Se
trata del primer volumen de una trilogía que continúa con Interference
(2019) y Usurpation (2024).
La semiosis es un
concepto referido a la comunicación. Se trata del proceso mediante el cual algo
funciona como un signo que transmite un significado en un contexto comunicativo
concreto. Se estudia dentro de la disciplina de la semiótica. La vinculación
con la novela es clara, ya que los colonos intentan interpretar los signos que
las entidades vegetales y los alienígenas hacedores de vidrio les envían o que
emiten, aunque no sea para ellos.
Novela ideal para los
amantes de la ciencia ficción más pura que trata sobre exploración de otros
mundos, sobre comunicación y lenguaje, ecología, inteligencia no humana y
alteridad.