Seguidores

Podéis leer buenas narraciones en la Biblioteca de Relatos.

13 de junio de 2019

En torno a la polémica sobre si la serie Los espíritus del humo de Conchi Regueiro son ciencia ficción o fantasía.


Pues sí, después de mucho pensar sobre  la cuestión, a causa de tanta polémica  suscitada (a saber, que lo sabréis, si las obras  pertenecientes a Los espíritus del humo son fantasía o ciencia ficción), he de aceptar que tal vez tanto la autora, Conchi Regueiro, como Arkaitz Arteaga, tienen algo de razón al afirmar, con rotunda vehemencia, que pueden considerarse como ciencia ficción. Pero solo les doy la razón en parte, porque creo que la serie también es fantasía. Las dos cosas. No a la vez, no simultáneamente, eso sí. Voy a tratar de explicarlo.

En 2017 apareció, publicada por la editorial Cerbero, la novela corta Los espíritus del humo, de Mª Concepción Regueiro Digón, el nombre que utiliza para sus textos de ciencia ficción la escritora Conchi Regueiro. La colección donde aparecía era Wyser, dedicada precisamente a ese género. Ese mismo año, en abril, en la revista digital SuperSonic nº7, se incluía el relato “Isla Faraday”, cuya acción se inserta en el mismo mundo ficcional que el título anterior. Y este año 2019 podemos leer La refulgencia, también novela corta, que Cerbero edita de nuevo, en papel al módico precio de 5€ y en digital, más barata aún. Si bien la primera novela tiene elementos de la literatura picaresca más tradicional y la última nos relata una
historia carcelaria  (y no hay historia carcelaria sin intento de fuga), lo que tienen en común, como ya he dicho, es su pertenencia a un mismo mundo ficcional, un tiempo y una sociedad dominados aún por la magia, que ejercen los taumaturgos y nigromantes, es decir, respectivamente, quienes practican la magia blanca y la negra. Las gentes de esa época, especialmente en el mundo rural, dependen por completo de la magia para solucionar casi todos sus problemas. Hasta aquí, nos encontramos con una obra de fantasía o lo maravilloso, con los toques costumbristas e irónicos propios de la autora gallega. Es ese costumbrismo, sin duda, el que ha hecho que se denomine a estas novelas como “delibespunk”, en referencia al escritor realista vallisoletano. La invención del término es simpática y, por lo menos, remite a la literatura autóctona, algo de agradecer, pero tengo mis serias dudas sobre su pervivencia, aunque, claro, nunca se sabe.  


En todo caso,  queda claro que estamos en una historia cuyos protagonistas hacen magia, y su entorno lo acepta como algo normal, elementos característicos del género de lo maravilloso (comercialmente llamado también de “fantasía”).

No obstante, esa sociedad ficticia que nos presenta Regueiro está evolucionando, en el tiempo interno de la narración, desde el mundo rural al urbano, y lo industrial, lo tecnológico, lo científico y lo racional intentan ser predominantes y sustituir a lo mágico, lo sobrenatural, la superstición. Somos espectadores, pues, de un cambio de paradigma. El choque entre ambas épocas, modos de pensar y de vivir, va a ser inevitable y muy duro, incluso brutal, sobre todo para quienes se aferran a la tradición y al pasado, por ejemplo los magos, que, al fin y al cabo  viven de practicar sus hechizos. Nada  nuevo bajo el sol. Todo avance supone dejar por el camino, con frecuencia, aquello a lo que suplanta. Tenemos numerosos ejemplos a lo largo de la Historia humana, y siempre ha habido intentos de resistencia, en general fracasados.

Pero es que precisamente fue ese cambio de paradigma, en nuestro mundo y tiempo histórico, el que hizo nacer la ciencia ficción, hija de la Ilustración y la Revolución Industrial. Será una literatura de lo posible y racional, especulativa y crítica.

En ese sentido, Regueiro nos está mostrando precisamente el contraste entre la Razón y la oscuridad, la ciencia y la superstición. Por eso, se puede decir que estas obras contienen los dos géneros, lo maravilloso y la ciencia ficción, y son un excelente ejemplo de como uno nace del otro, aunque ambos perduren. Hay otro hilo en las historias que confirma la preeminencia de la Cifi, se trata de la investigación sobre los poderes mágicos de nigromantes y taumaturgos, que determinadas personas están desarrollando, pero no puedo decir más al respecto, por miedo a que me acusen de spoilear.  

Solucionado este asunto, quiero recomendaros el cuento y las dos novelas porque son entretenidas y por su sentido del humor. La autora  nos  ofrece, además, interesantes audacias en técnicas narrativas. Me gusta también la mirada a sus personajes, “desde arriba”, que diría Valle-Inclán, una visión cómica pero no cruel ni despectiva, ni siquiera distópica. Vamos, que no le hace falta que sus personajes sean seres deprimidos y fracasados, marginales y provocadores, que viven en ambientes sórdidos, chungos y sucios donde todo es horrible y decadente porque el mundo se está acabando.

Las tres  narraciones gustarán tanto a los amantes de la fantasía como de la ciencia ficción. Creedme.