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25 de abril de 2017

ALUCINADAS: antología de escritoras de ciencia ficción en español


Alucinadas 2014: antología de relatos de ciencia ficción en español escritos por mujeres, edición de Cristina Jurado y Leticia Lara, Palabaristas Press, 2014 (edición digital) y en Gijón, Sportula, 2015 (edición en papel).

Alucinadas II, edición de Sara Antuña y Ana Díaz Eiriz, Palabaristas Press, 2016 (edición digital), y en Gijón, Sportula, 2016, (edición en papel). Pronto se publicará la tercera antología Alucinadas, con relatos de escritoras de ciencia ficción en español. Por ello, quiero aprovechar la ocasión para volver a recordar las dos anteriores antologías. Vivimos en momentos en que es difícil ir más allá de lo inmediato, y esto ocurre también en el ámbito literario, donde hay tantas novedades que con frecuencia no nos da tiempo a mirar hacia atrás y leer y releer libros ya editados. Pero la buena literatura no se deja limitar por el tiempo y merece la pena no olvidarla.

Durante años, sobre todo en los últimos del siglo XX, pero también a comienzos del XXI, las y los amantes de la ciencia ficción nos lamentábamos porque hubiera tan pocas escritoras del género en castellano. Conocidas y reconocidas, no ricas pero sí famosas, estaban la argentina Angélica Gorodischer (Buenos Aires, 1928   ), la cubana Daína Chaviano (La Habana, 1957) y la española Elia Barceló (Elda, Alicante, 1957). Sus obras se han convertido ya en clásicas de esta ficción que especula sobre lo posible transgrediendo nuestro mundo y tiempo conocidos. No creo que exista mucha gente que no haya leído a estas tres grandes autoras, pero por si acaso, me permito recomendar, de Gorodischer, cualquiera de sus colecciones de cuentos, un género literario que cultiva maravillosamente bien: por ejemplo en Bajo las jubeas en flor (1973) o Trafalgar (1979) y sin duda también su novela Kalpa imperial (1984). De Chaviano me encantan su Fábula de una abuela extraterrestre (1988), Historias de hadas para adultos (1986, reeditados por la editorial Minotauro en 2007) donde se encuentra una narración sencillamente magistral, «Un hada en el umbral de la Tierra», y todavía estoy pendiente de leer su último libro, Extraños testimonios: prosas ardientes y otros relatos góticos (2017), que tengo aquí en mi mesa. Y en cuanto a Barceló, yo invitaría a leer desde el libro de cuentos Sagrada (1989) o las novelas El mundo de Yarek (1994) y Consecuencias naturales (1994) hasta los de nuevo relatos de Futuros peligrosos (2008), sin olvidar desde luego su bellísima novela, aunque fantástica y no de CF, El secreto del orfebre (2003). Y solo he nombrado algunas obras de las tres, porque me gustan especialmente.

Sin embargo, en España, aparte de la citada Elia Barceló, apenas encontrábamos unas pocas autoras casi desconocidas o que tras publicar uno, dos o como mucho varios cuentos se esfumaban para siempre jamás… Un panorama desolador. Y el nuevo siglo comenzaba al parecer sin mejorar en cuanto al aumento de lectoras y escritoras del género… pero, ¿era realmente así? ¿Se trataba de auténtica ausencia o de invisibilidad, algo esto último tan frecuente en todos los campos creativos en lo tocante a las mujeres? Algunas apasionadas de la ciencia ficción empezamos a buscar y encontrar escritoras que en efecto habían pasado desapercibidas y que tenían una producción más notable o interesante de lo que se creía: María victoria Rodoreda Sayol (Berga, Barcelona, 1931), creadora de un centenar de novelas «populares» del género, en formato de bolsilibros; María Guera (Madrid, ¿1920?), que escribió en colaboración con su hijo Arturo Mengotti unos relatos donde se mezclaba ciencia ficción y terror; Blanca Mart (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 1945), catalana que se había trasladado a vivir a México, donde empezó a crear historias cortas y largas de space-opera y fantasía épica. Y más recientemente, Mª Concepción Regueiro Digón (Conchi Regueiro, Lugo, 1968), autora en castellano y gallego, que sorprende no sea tan reconocida como merece, pues ha publicado varias novelas muy originales, cuya acción se sitúa sobre todo en la España de finales del XIX y principio del XX, y un buen número de relatos, entre ellos los incluidos en el libro Historias del Crazy Bar y otros relatos de lo imposible (2013, escrito en colaboración con la autora de este artículo), que unen ciencia ficción y temática LGTB. Y esto sin mencionar a las narradoras que han publicado alguna novela de CF pero suelen abordar otros géneros, ni a las autoras en catalán, las cuales tienen su propia tradición literaria incluso en ciencia ficción y por ello necesitarían un estudio propio.

Otras aficionadas intentaron nuevos proyectos para dar a conocer y apoyar a las autoras que, en nuestro presente, escribían pero no encontraban salida editorial para sus textos. Así surgió el proyecto Alucinadas.

En primavera de 2014, Cristina Macía, traductora del inglés al español de la serie de libros de fantasía épica Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin (más conocida por su título televisivo, Juego de tronos), editora del sello digital Palabaristas Press y una de las organizadoras del Festival Celsius 232 que se realiza anualmente en Avilés (Asturias),  y junto a ella Cristina Jurado, bloguera y directora de la revista digital SuperSonic, y María Leticia Lara Palomino, bloguera y lectora beta, tuvieron una idea. Se trataba de convocar y editar una antología de autoras del género en español (no sólo por supuesto de nuestro país, sino también de América Latina o cualquier otro lugar donde una creadora pudiera escribir en castellano). Cristina Jurado y María Leticia Lara fueron las seleccionadoras e hicieron una convocatoria pública solicitando cuentos al tiempo que enviaron invitaciones personales a narradoras ya reconocidas. El resultado fue la publicación, a finales de ese mismo año 2014, en formato digital y en la editorial Palabaristas Press, de Alucinadas: antología de relatos de ciencia ficción en español escritos por mujeres, que al año siguiente aparecería en papel en el sello Sportula. Se trataba en efecto de la primera antología de escritoras de CF en castellano.

Fueron diez las autoras seleccionadas para esta Alucinadas:

Dos argentinas:
Teresa P. Mira de Echeverría (1971), doctora en Filosofía, profesora universitaria e investigadora sobre el vínculo entre filosofía, ciencia ficción y mitología, fue la ganadora del premio especial concedido al que era, según las seleccionadoras, el mejor cuento entre los recopilados: «La Terpsícore», y Laura Ponce (1972), directora de la revista Próxima y del sello Ediciones Ayarmanot, nos ofreció «La tormenta». La presencia de ambas demuestra la importancia y calidad de la ciencia ficción argentina, y de hecho la antología incluye también una narración ya publicada hace años por la gran Angélica Gorodischer, «A la luz de la casta luna electrónica».

La imaginación de Teresa Mira es desbordante y su historia de ficción plantea cuestiones filosóficas (y hasta cuánticas) de gran envergadura; solo quiero añadir que pronto tendremos más cuentos suyos para leer, publicados en la recientemente aparecida editorial española Cerbero, obra que espero con mucho interés, pues conozco el que tiene la autora por los temas queer, LGTB y por los motivos relacionados con lo híbrido, además de su afición por el autor británico de fantasía adulta China Miéville.  En «La tormenta», el lirismo de Laura Ponce, de reminiscencias bradburianas, junto a un sereno tono elegíaco, resultan muy adecuados al tema que se trata y prefiero no desvelar porque el misterio es importante en la trama; nos encontramos ante una pequeña joya del género no realista, que deja con ganas de leer otras obras de Ponce.

Las ocho restantes son españolas (un porcentaje que se debe sobre todo a que las convocatorias se han estado haciendo en nuestro país, pues sin duda en América Latina tiene por fuerza que haber muchas más escritoras que aquí):

Nieves Delgado (Ferrol, 1968), es la autora del cuento «Casas rojas», el cual ganó en 2015 el Premio Ignotus al mejor relato corto en español. Delgado tiene formación científica (Licenciada en Física, con especialidad en Astrofísica). En él se nos habla tanto de las Inteligencias Artificiales como del tema de la prostitución, desde una perspectiva feminista.

De Felicidad Martínez (Valencia, 1976), podemos leer «La plaga», un space opera con mucha acción, aventuras de exploración planetaria y toques ecologistas. Martínez narra de una forma ágil, desenfadada, que logra enganchar, y es una de las pocas autoras que se atreve a escribir ciencia ficción militarista.

El relato de Lola Robles (Madrid 1963) es «Mares que cambian», historia sobre una nave terrestre que se dirige al planeta Jalawdri, mucho menos desarrollado en su forma de vida que la Tierra, pero que sin embargo ha logrado un gran progreso en cirugía de reasignación de sexo/género. Se trata de un cuento sobre la identidad personal y de género, transexualidad y transgenerismo, pero también nos habla del amor y de la necesidad de pertenencia a un grupo, un lugar, un cuerpo.

Sofía Rhei (Madrid, 1978), es la autora de «Techt». Rhei ha publicado sobre todo novelas de fantasía para público juvenil y libros de poemas. También una buena serie de narraciones de ciencia ficción, que muestran su gran talento narrativo, capaz de experimentar audazmente en técnicas y tramas literarias con una imaginación original y poderosa. Le gusta el tema del lenguaje, y lo aborda muy bien. En «Techt» lleva al límite la tendencia actual a escribir con cualquier tipo de recurso para abreviar, en los canales digitales, lo cual influirá en el desarrollo intelectual y cultural de la sociedad que habla ese idioma.

Marian Womack (Cádiz, 1975), traductora y editora del sello Nevsky, especializado en literatura rusa, nos ofrece aquí «Black Isle», una distopía sobre un mundo por llegar, triste y opaco, cuya naturaleza acabará rebelándose contra los humanos que la han agredido. Con reminiscencias de Philip K. Dick y sus androides y animales eléctricos.

La catalana Carme Torras (Barcelona, 1956) escribe «Memoria de equipo», narración sobre la amistad entre camaradas de un equipo de baloncesto, que intentarán, unidos como en los viejos tiempos, demostrar la inocencia de un compañero que se encuentra en el corredor de la muerte, acusado de asesinato; la historia se sitúa en el futuro y une referencias al desarrollo tecnológico con una trama de intriga detectivesca y judicial.

En la antología hay dos escritoras más, Yolanda Espiñeira (Lugo, 1972), con «El método Schiwoll». En el cuento se entrecruzan el tema de los experimentos científicos con una intriga un tanto enrevesada.

Y por último Layla Martínez (Madrid, 1987), con «Bienvenidos a Croatoan». Layla es poeta y traductora, además de coordinadora de Antipersona, un sello independiente que publica fanzines artesanales en papel y algunos libros con temas tan extraños como sugestivos, muy cercanos al horror pero con una clara intención política. Su relato especula sobre una droga que parece permitir desplazarse en el tiempo (aunque quizás sea solo una alucinación derivada de su uso) en un submundo distópico y agobiante.

La antología nos ofrece un conjunto variado de temas y estilos dentro de la ciencia ficción más clásica y supuso un gran paso para sacar a la luz la CF de escritoras. Tuvo bastante éxito dentro del fandom.

En 2016 se realiza otra convocatoria para una segunda antología Alucinadas, con nuevas seleccionadoras, Sara Antuña y Ana Díaz Eiriz. Aparece este mismo año, de nuevo en versión digital en la editorial Palabaristas Press y en papel en Sportula, con un excelente prólogo por cierto de las dos editoras del sello Fata Libelli (Susana Arroyo y Silvia Schettin).

Aquí son de nuevo diez las autoras seleccionadas.

La argentina Alejandra Decurgez (1977), licenciada en Psicología, profesora y terapeuta clínica, además de guionista y persona interesada en la temática queer, escribe «Wirik Es». El universo ficcional de Decurgez es singular y complejo. Hay una visión que puede parecer ligeramente de cómic o hasta cómica, en ocasiones naif, cercana a la fantasía, pero detrás de esa mirada sobre los personajes, que Valle Inclán denominaría «desde arriba» hay temas muy importantes: las relaciones de poder, la diferencia y la otredad. Puede entenderse mucho mejor a las extrañas y más o menos humanas criaturas de su mundo imaginario leyendo otros cuentos suyos como «El mantis» (revista SuperSonic nº 2). Muy divertida la personificación de las tempestades-tornados y sus nombres, correspondientes a políticos muy conocidos.

Y una cubana, Maielis González Fernández (La Habana, 1989), con «Seudo». Es una muy buena narración, metafórica y metonímica. El mundo que nos presenta, perturbadoramente distópico y demasiado reconocible sin embargo a pesar de su lógica extrañeza, se reduce a un gigantesco edificio, a un ascensor, a sus usuarios y a su ascensorista. A través de los ojos de este asistiremos a la permanente lucha entre poderosos y oprimidos, a un nuevo intento de liberación por parte de estos y a una historia de amor. Con un estilo sobrio e imágenes que parecen en blanco y negro, la historia se vuelve claustrofóbica y desalentadora, con un final abierto. Una de las mejores piezas de la antología, en mi opinión.

Las ocho restantes son españolas de nuevo, posiblemente por las mismas razones que he explicado antes. Tres de ellas ya han escrito dentro del género:

Laura Fernández (Terrassa, 1981) presenta «¿Acaso soy una especie de monstruo, señor Pallcker?», cuento que se inscribe en la ciencia ficción humorística y con toques cercanos al absurdo que caracteriza a esta escritora.

De Susana Vallejo (Madrid, 1968) se publica «Cuestión de tiempo». Una mujer está siendo interrogada y torturada para que revele los secretos informáticos que conoce. Su torturador es sádico e implacable, pero quedará atrapado en su propia red al descubrir por fin el mayor de los secretos, el Ovillo. La idea es buena y trata un asunto de actualidad, el control y la manipulación de los datos informáticos y las redes sociales. Como siempre que hablo de Vallejo, recomiendo su novela de CF Switch in the red (2009), una de las mejores que he leído en castellano.

Sofía Rhei repite en esta nueva antología, con «Informe de aprendizaje». Retoma en él el tema del lenguaje, y además presenta relaciones entre humanos y alienígenas de manera muy verosímil, proponiendo cuestiones éticas sobre las que es inevitable reflexionar. Sus personajes están atravesados por orientaciones sexuales e identidades de género abiertas y diversas, sin que parezca en absoluto algo forzado.

En la antología se incluyen también narraciones de:

 MA Astrid (Barcelona) es Ingeniera de Telecomunicaciones y se dedica a la informática. Su obra se titula «Las dos puertas de Tebas» y en ella se mezclan espionaje y ciberpunk. Con mucha intriga.
Julia Sauleda Surís (Palma de Mallorca, 1993), graduada en Antropología Social y Cultural, escribe aquí «El ídolo de Marte», una narración de CF clásica sobre la colonización terrestre de otros mundos, en este caso recurriendo a un planeta amado por el género: Marte. El tono es poético y nostálgico, y los personajes están bien construidos.

Almijara Barbero Carvajal (Motril, Granada, 1989), filóloga y poeta, es la autora que obtuvo el premio especial otorgado por las seleccionadoras al que consideran el mejor relato, en esta ocasión «Historia y cronología del universo». Se trata de una cosmogonía, un texto más cercano a la fantasía que a la CF, en parte por su carga poética, de juego literario, y porque no sigue una especulación a partir de un nóvum, sino más bien nos ofrece una serie de escenas donde las imágenes visionarias predominan sobre otros tipos de entidades de ficción.

Verónica Barrasa Ramos (Madrid, 1978) nos ofrece «¿Quieres jugar?», una complicada trama ciberpunk con tríos amorosos y traiciones.

De María Antònia Martí Escayol (1972), Doctora en Historia y profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona, podemos leer «Francine». La narración se ambienta en el siglo XVII, y la protagonista es la hija del filósofo Descartes. Martí Escayol reelabora datos reales junto con otros imaginarios, en una de las más originales y mejor planteadas creaciones de la antología. Una auténtica delicia y sorpresa, mezcla de ciencia ficción y gótico. Francine es primero ciborg, luego revénante y por fin autómata. Se inscribe así en la tradición de las mujeres artificiales, muñecas, ginoides, resucitadas. En su tema recuerda a la escritora Pilar Pedraza, también muy amante de las mujeres que vuelven del más allá. Esta autora quedó finalista en 2014 del Premio Minotauro, con la novela Cuéntame un cuento japonés antes que el mundo se acabe, historia apocalíptica ambientada en Japón (he tenido la suerte de poder leerla), que se encuentra todavía sin publicar, esperemos que lo logre pronto.|

Las seleccionadoras prefirieron en esta nueva edición relatos de temática ciberpunk y también cercanos a la fantasía.

En Alucinadas han aparecido hasta ahora narraciones de autoras más veteranas y de otras que estaban empezando a publicar, y por otra parte muy variadas en cuanto a su temática y subgéneros, ya que la ciencia ficción es una literatura de gran diversidad, un territorio con grandes posibilidades. En cuanto a la calidad literaria, solo puedo decir que desde luego hay cuentos que me gustan más que otros y me parecen mejores, y eso le pasará también al público lector. Por ejemplo no me agradan los textos en exceso intrincados, porque pueden acabar siendo pretenciosos, y prefiero la simplicidad narrativa que vaya acompañada desde luego de un buen estilo y una trama bien cuidada.
Estas antologías no intentan mostrar el estado del género escrito por mujeres en América Latina y España, ya que faltan nombres importantes que en ese caso deberían estar. Alucinadas es sobre todo un acicate para que las creadoras escriban y para que las y los lectores se animen a comprobar que su ciencia ficción es tan interesante y válida como cualquier otra. En suma, se trata de un proyecto apasionado de promoción y difusión de la CF escrita por mujeres en castellano.

Como he dicho al principio, pronto saldrá la tercera antología Alucinadas. Espero con expectación sus narraciones, pues seguro que nos ofrecen nuevas maravillas.